Por fin, tras el regreso de la JLA del universo de bolsillo en el que se encontraban, se produce el inevitable enfrentamiento entre la Liga de la Justicia de América y los Ultramarines.
Morrison y McGuinness optan por mostrarnos la increíble batalla con un estilo esperpéntico, humorístico y lleno de reminiscencias surrealistas. La JLA es en manos de Morrison un panteón de seres superiores o de semidioses con poderes incomprensibles para los humanos normales que se enfrentan con otro tipo de semidioses de última generación en una guerra peculiar en la que a su vez todos ellos son manipulados por fuerzas ocultas.
Uno de los momentos más alucinantes de este cómic es cuando Gorila Grodd pretende asar a Batman para comérselo y así instaurar una nueva dinastía de gorilas que dominarían la Tierra y recordarían a la JLA como a viejos monstruos de un pasado de leyenda.
Por lo demás el cómic es una sucesión de peleas, y a efectos de la relación con Los 7 soldados de la Victoria comentar el papel de los Sheedas como elementos manipiladores de los Ultramarines. Además Neh-Buh-Loh se enfrenta con Superman y anuncia su vuelta.
Finalmente, el destino de los Ultramarines es el de pasar de ser los señores de Superbia a luchar contra el mal en el Universo infantil que nos fue mostrado en los episodios anteriores, con una Tierra demasiado parecida a la nuestra.
